Conseguir alojamiento en París es toda una aventura, más incluso que lo habitual en estos menesteres.
Yo por mi parte tuve suerte; sabía lo difícil que resulta y con la ayuda de la coordinadora de Erasmus de EPITA y preparándolo con mucha antelación no fue demasiado tortuoso. Eso sí, aunque mis clases empezaron a principios de Octubre, yo tuve que alquilar el studio en Septiembre para poder garantizar que no me quedaría en la calle (hay gente que viene en Agosto para no quedarse sin nada). Mis compañeros de clase no tuvieron tanta suerte.
Todos ellos vinieron con más o menos antelación a París antes del inicio de las clases pero no habían mirado nada con antelación (yo a mediados de Junio ya tenía el studio reservado). Tenían intención de conseguir un studio en mi residencia pero estaba completa. Tuvieron que quedarse a dormir en hostels mientras desde la universidad les ayudaban a encontrar algo. Al final, nada más empezar las clases les anunciaron que habían encontrado algo, una residencia un poco más a las afueras que la mía (aunque no mucho), pequeñita (no tiene más de 15 studios, en la mía hay unos 150), que todavía está en construcción.